Eslovenia, con capital en Liubliana, es una república balcánica de 20.273 kilómetros cuadrados situada en el sudeste europeo. Independiente desde 1.991, tras la Guerra de los 10 días que la separó de Yugoslavia, ha evolucionado desde entonces para establecer su democracia moderna actual. Desde el 1 de mayo de 2.004 pertenece a la Unión Europea y en 2.007 abandonó su moneda, el Tólar, por el Euro.
Se trata de uno de los países más desarrollados de la Antigua Yugoslavia, con el PIB per cápita ahora en ascenso (17.550 € en 2.013 y 18.093 € en 2.014) y la población en lento crecimiento de 2.062.874 habitantes. Además, como todos los demás países desarrollados, lleva desde 2.007 bajo los efectos de una profunda crisis económica, aunque ya no se encuentra en situación de recesión y tiene previsiones de crecimiento para los próximos años.
Inversión extranjera.
Es posible para una empresa extranjera ser el titular del 100 % de una empresa en Eslovenia cuyo capital social mínimo es de 7.500 euros, y que puede aportarse en las 2 semanas posteriores a la firma.
También extranjero puede ser el administrador –en caso de ser ciudadano europeo, los trámites para la obtención de permisos de residencia o trabajo se simplifican considerablemente-, previa obtención de número de registro oficial y número de identificación fiscal. A modo de curiosidad, el sistema esloveno exige que si la persona que va a ostentar ese cargo está desempleada, jubilada o es estudiante, deberá ser contratada en régimen laboral por la sociedad.
Tramitación
Eslovenia dispone de sistemas electrónicos muy ágiles, que facilitan hasta el extremo los trámites para la constitución de una sociedad limitada en el país balcánico, hasta el punto de que en un máximo de 9 días podemos tener una sociedad con plenas facultades para operar.
Se exige como mínimo una cuenta bancaria nacional, trámite que no genera mucha dificultad tras un registro correcto de la empresa. No es así en cambio con respecto al acceso electrónico a esa cuenta bancaria, dominado por una estricta regulación.
Es obligatorio, por otra parte, que todos los documentos que se someten al registro, estén traducidos al idioma eslavo, si bien el inglés, es un idioma ampliamente dominado por los profesionales.
Tributación
El impuesto sobre el valor añadido en Eslovenia es del 22 %.
El impuesto de sociedades es del 17 % sobre los beneficios anuales de la sociedad, con una bonificación del 100 % del impuesto sobre las inversiones en I+D y de hasta el 40 % de las cantidades invertidas en equipos e inmovilizado material intangible.
Repatriación de beneficios
El tipo impositivo aplicado a la repatriación de dividendos puede llegar al 15%, si bien la repatriación a países miembros de la UE está exenta. A tener en cuenta la normativa europea y los acuerdos de doble imposición suscritos por Eslovenia.
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En un próximo artículo trataremos los sectores más atractivos para la inversión en Eslovenia y de sus posibilidades. Puede consultarlo aquí.
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La internacionalización de la empresa, en el camino del éxito.
Por Begoña Pombo.